La Dama de Blanco es una leyenda de terror, popular en muchas culturas, y hay diferentes versiones de la historia, en distintos lugares.
Hace muchos años, en un pequeño pueblo, rodeado de bosques oscuros, vivía una hermosa joven llamada Elena. Ella era conocida por su belleza y su dulce personalidad.
Sin embargo, la tragedia llegó a su vida, cuando se enamoró perdidamente de un joven apuesto, pero arrogante llamado Eduardo.
Eduardo solo tenía ojos para sí mismo y se burlaba de las muestras de afecto de Elena. A pesar de eso, ella seguía perdidamente enamorada de él y soportaba sus desplantes y maltratos.
Pero todo cambió, cuando Eduardo conoció a otra mujer, Isabel, quien era tan hermosa como Elena, pero de carácter altivo y malicioso.
La rivalidad entre Elena e Isabel creció rápidamente, y el corazón de Eduardo se balanceaba entre ambas mujeres. En un fatídico día, mientras Elena esperaba a Eduardo cerca de un acantilado, una discusión entre las dos mujeres se volvió violenta. En medio de la pelea, Isabel empujó a Elena, quien cayó al vacío y murió al golpearse con las rocas.
Desde ese día, el espíritu de Elena vagó por el pueblo, en busca de venganza, envuelta en un vestido blanco ensangrentado.
Se aparecía especialmente en las noches neblinosas, cerca del acantilado donde perdió la vida. Su presencia era una señal de desgracia, y quien tuviera la mala fortuna de cruzarse con la Dama de Blanco, corría peligro.
Se decía que aquellos que se encontraban con la Dama de Blanco, morirían en extrañas circunstancias, poco después. También se contaba que ella susurraba en la oscuridad, llamando a los hombres infieles y a los corazones crueles, llevándolos al abismo para siempre.
Con el tiempo, la leyenda de la Dama de Blanco se extendió más allá del pueblo, y la gente comenzó a evitar el lugar donde ocurrió la tragedia. Incluso se decía que algunos valientes intentaron exorcizar su espíritu, pero todos fracasaron en el intento.
Hasta el día de hoy, se cree que la Dama de Blanco, sigue vagando en busca de venganza, llevando consigo su sufrimiento y dolor. Su historia ha sido transmitida de generación en generación, como una advertencia de las consecuencias de la maldad y la crueldad en el corazón humano.
(Créditos al autor).
