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preguntado por Semipesado (388k puntos) en Misterios

La niebla nocturna ocultaba la ciudad a los ojos de Sofía, pero ella sabía que el río estaba muy cerca. La mujer avanzaba cojeando, desesperada y arrastrando tras de sí una pesada maleta que contenía los restos de lo que había sido su vida. En su brazo derecho cargaba a su pequeña de apenas dos meses, que dormía plácidamente ajena al ojo morado y a las heridas que cubrían el cuerpo de su madre, fruto de la última paliza que había recibido.

Sofía avanzaba por las calles vacías; no quería pensar en lo que pasaría si la descubrían antes de llegar al límite de la ciudad. Mientras caminaba, las lágrimas se mezclaban con la niebla espesa que empapaba su cuerpo, ocultando su dolor en la oscuridad.

Pronto vislumbró los primeros árboles de la ribera y torció a la izquierda rumbo al puente que salía de la ciudad. Ya estaba muy cerca, pensaba esperanzada. Si conseguía llegar allí, ella y su bebé serían libres por fin. Su mente repasaba una y otra vez su vida como si fuera una película.

Primero, su infancia en el orfanato al que había sido enviada tras la muerte de sus padres. Allí nunca había encajado y había sido la burla de todos sus compañeros. Con 16 años, quiso creer que su suerte había cambiado cuando apareció una familia de acogida, pero sus padres adoptivos, en lugar de cuidarla, la pusieron rápidamente a trabajar sin descanso en el restaurante que poseían, turnos de hasta 16 horas diarias sin sueldo.

Después, vio el momento en el que, trabajando en el restaurante, conoció a David, un hombre encantador diez años mayor que ella, y con el que se fugó al cumplir 18 años. Al principio, su relación parecía ser un escape de la difícil vida que había llevado hasta entonces. David la cortejó y la hizo sentir especial, prometiendo un futuro mejor. Pero tras la sencilla boda civil, lo que siguió fue una pesadilla para Sofía. David, una vez casados, reveló su verdadera personalidad. Se convirtió en un maltratador que sometía a Sofía a palizas constantes y un cruel maltrato psicológico y abusos; a causa de uno de ellos había quedado embarazada. Pero el maltrato no acabó ahí y, sabiendo que Sofía no tenía a dónde ir, David solía decirle con desprecio: "Ya sabes, si no te gusta esto, coge la maleta y vete." Sofía lloraba y callaba, rezando cada vez que su marido llegaba borracho para que la paliza no durase mucho.

Por último, vio su decisión de huir y comprendió que solo había una manera: el puente de los suicidios, el mismo que acababa de aparecer entre la niebla. La maleta parecía pesar cada vez más, pero Sofía se consolaba pensando que eso la ayudaría a hundirse con mayor velocidad.

Cuando entró en el puente, la niebla a su alrededor empezó a cobrar forma; una veintena de figuras traslúcidas, la de aquellos que se habían quitado la vida allí, fueron apareciendo alrededor de Sofía y su bebé, quizá convocados por la muerte que flotaba en el aire. Pero la joven madre no tenía miedo, había llegado hasta allí, sabía lo que tenía que hacer y estaba decidida a hacerlo. Al llegar a la mitad del puente, miró a las negras aguas turbulentas que fluían rápidas 30 metros más abajo.

Una muda figura fantasmal, la de una joven que debía tener su edad, extendió los brazos hacia ella, Sofía entendió el mensaje; quería que le dejase al bebé. ¿Por qué no? - pensó dudando un instante, pero al final se lo pasó al fantasma; sería más fácil así, ya que sería muy complicado subir la pesada maleta a la barandilla con una sola mano. Con dificultad, acercó la maleta al borde y después se aupó ella. Recuperó a su bebé de los brazos del fantasma, era mejor así, pensó. El lugar de una niña tan pequeña estaba sin duda junto a su madre; después, vaciando su mente completamente, lo hizo; escapó para siempre de David.

El sonido del impacto contra el agua resonó en la noche como un disparo, despertando a la pequeña que empezó a llorar. Sofía, sin miedo por una vez en su vida bajó de la barandilla y le dio el pecho. Luego, observó a los fantasmas que la despedían con una sonrisa y volvió a su casa sin dirigir ni un solo pensamiento a la maleta que se hundía en el río con el cuerpo de David en su interior. Fin.

(Laberinto de Historias. Todos los derechos reservados).

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respondido por Supermediano (287k puntos)
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Me fascino!!!!

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comentado por Semipesado (388k puntos)
Que bueno que te gustó mi amigo







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