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preguntado por Semipesado (388k puntos) en Misterios

Era habitual, el escuchar ladridos y aullidos, que venían del parque, a diario.

Muchos vecinos solían reunirse por las tardes. Algunos jugaban con sus hijos y otros hacían ejercicio, y los perros observaban tranquilamente, sentados bajo los árboles, a que todos se marcharan, para ver qué clase de manjares habían dejado atrás.

Había algunas personas, quienes esperaban que el sol se metiera por completo, para salir a correr, y se sentían muy bien, al estar acompañados por un grupo de fieles guardianes, que iban tras ellos, también ejercitándose.

Pero esa noche, los corredores estaban completamente solos. El silencio era total. A donde sea que se mirara, no había ningún perro.

De pronto, el silencio se vio interrumpido por desesperados ladridos, y en un momento eran ya chillidos. Los arbustos se movían, y se hizo de nuevo el silencio. Las personas en el parque, se impresionaron un poco con aquellos ruidos, y la mayoría de ellos se detuvieron y dejaron de correr.

Observaban de un lado a otro, pero no aparecía ninguno de los perros. Y cuando reanudaron su marcha, una agitada respiración invadió todo el parque. Se escuchaba por todos lados, acompañada de un leve gruñido.

Y fue entonces, que lo vieron salir de entre los arbustos, con el hocico lleno de sangre. Caminaba lentamente, y cada lámpara a su paso se iba apagando…

Sus pisadas dejaban una marca ardiente en el suelo, y una densa niebla venía detrás de él. Era un enorme perro negro, de más de metro y medio, y no importa qué tan buenos hubiesen sido corriendo todas aquellas personas, porque en ese momento estaban completamente paralizados.

El perro se metió entre ellos, les olía todo el cuerpo, salivando. Y cuando todos se sentían perdidos, un chiflido lo llamó hasta su amo. Solo se vio salir de entre la niebla, una enorme mano, cubierta de fuego, que dejó el ambiente impregnado de azufre.

Al día siguiente eran menos los perros que se presentaron al banquete diario. Y cuando sus ladridos no se escuchan, los vecinos del lugar saben que no deben poner un pie en el parque, porque esa noche le toca su paseo, "al perro del infierno".

(Créditos al autor, tomado de las redes).

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respondido por Supermediano (287k puntos)
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comentado por Semipesado (388k puntos)
Así que Kent, nada de salir a correr al parque, en la noche, jajajajajajajajá.







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